El día 21 de
agosto la Asociación de Senderismo La Tortuga iniciaba su tradicional camino
veraniego hacia tierras canarias, concretamente a la bella isla de Tenerife. A
las 7’05 h, dieciocho senderistas cogíamos el vuelo que nos llevaría a la isla,
donde nos encontraríamos con nuestros queridos amigos canarios. Hemos formado
un singular grupo de 30 personas, en el que ha reinado un buen ambiente.
Este primer
día estuvo destinado a una visita libre por el Puerto de la Cruz, ciudad de
alojamiento, y a descansar para reponernos del viaje. Sin embargo, un grupo de
seis senderistas aprovechamos la ocasión para subir al emblemático pico del
Teide, comenzando la etapa a las 16’30 horas y llegando al refugio Altavista
(3.200 m de altitud) sobre las 20’00 horas. Fue una subida tranquila en la que
acompañó el tiempo fresco y hasta algo de lluvia. En el refugio cargamos las
pilas con una sopa calentita y descanso, pues al día siguiente había que
madrugar para alcanzar la cima (3.718 m) antes del amanecer. Conseguimos llegar
sin ningún problema, aunque estuvo nublado y las vistas no fueron todo lo
espectaculares que esperábamos. Sin embargo, las nubes no consiguieron empañar
la satisfacción que sentíamos al haber llegado a lo más alto de España.
El resto del
grupo iniciaba su primera ruta de senderismo el día 22. Fue un precioso
recorrido circular: Monte Esperanza, Las Raíces (Las Vírgenes) de 11’20 Km. El
paseo transcurrió por un bosque de pino canario de los más frondosos de la
isla, a la sombra de una vegetación muy variada. El grupo que ascendimos al
Teide pretendíamos realizar con el gran grupo la mitad de la etapa. Sin
embargo, aunque realizamos los últimos cinco kilómetros no conseguimos
alcanzarlos y nos unimos a ellos una vez finalizada la ruta. Por la tarde, realizamos
una visita cultural a la ciudad de Orotava, donde contamos con la presencia de
D. Manuel Pérez, profesor de la Universidad de La Laguna, que nos mostró lo más
significativo de la cuidad y nos explicó la historia de la isla.
La etapa del
día 23 fue una de esas etapas inolvidables de las que hablaremos siempre que
tengamos ocasión. Nos fuimos al extremo noroccidental de la isla a descender el
Barranco de Masca. Allí nos encontramos con un paraje natural de origen
volcánico, donde se encuentran las formaciones rocosas más antiguas de la isla.
Iniciamos el descenso entre impresionantes paredes de rocas volcánicas y
magníficas vistas del lugar. Salvamos un desnivel de 600 m desde el Caserío de
Masca hasta la playa. Fue una ruta dura, tanto por la orografía del terreno
como por el insoportable calor que nos acompañó. Sin embargo, tuvo un broche
dorado, pues la finalizamos en una barquita, que nos trasladó a Los Gigantes en
una travesía por delante de los majestuosos acantilados. Esa tarde visitamos la
ciudad de La Laguna.
El día 24
realizamos la tercera de las rutas programadas: Cruz del Carmen-Punta Hidalgo.
Nos trasladamos al nordeste de la isla, al Macizo de Anaga. Fue una bonita
ruta, con variedad de paisajes, pues comenzamos transitando un bosque de laurisilva,
tuvimos oportunidad de apreciar magníficas vistas del Roque de Dos Hermanos, de
las costas del Macizo de Anaga y de Punta Hidalgo, para terminar por un bello y
serpenteante sendero, en el que abundaban cardones, hasta llegar al final de
nuestra caminata en Punta Hidalgo. Esa
tarde nos desplazamos hasta la capital tinerfeña, Santa Cruz de Tenerife, donde
paseamos por los lugares más emblemáticos de la ciudad.
La mañana del
domingo, día 25, amaneció cubierta por nubes que amenazaban con arruinar la etapa
más esperada de nuestro viaje. Volvimos al Macizo de Anaga para realizar una
ruta circular por El Bosque Encantado-La Ensillada-Chamorga-Tafada. Nos
acompañó la lluvia desde la salida del hotel hasta el inicio de la etapa, lo
que hizo dudar entre la conveniencia o no de realizarla. Afortunadamente se
optó por respetar lo programado y así tuvimos la oportunidad de disfrutar de
uno de los lugares más bellos de la isla, con una caprichosa vegetación
(helechos, laureles, líquenes…), que hacen de la zona un lugar de ensueño. El
paso por “El Bosque Encantado” fue como
estar en el escenario de un cuento de mágicos duendes y elfos. La ruta
justificó con creces la pérdida del almuerzo en el hotel, pues un error de
cálculo nos llevó a demorarnos más de lo esperado y a no llegar en hora al
restaurante. Por la tarde pudimos pasear por el municipio de Garachico.
El lunes, día
26, lo dedicamos a recorrer la isla en autobús y no realizamos ninguna
caminata. Estuvimos en diversos lugares de interés (Santiago del Teide, Playa
de las Américas,…) y almorzamos en un restaurante muy bien ambientado y
decorado de un pueblecito del sur de la isla, Buzanada, donde disfrutamos de la
buena comida canaria con una compañía insuperable. Pasamos un rato entrañable
brindando con la tradicional queimada gallega por los queridos “Tortugas” que
este año no nos han acompañado, manifestando nuestro bienestar en esa
maravillosa tierra, recibiendo muestras de la generosidad de los presentes,
agradeciendo el extraordinario acogimiento que los amigos de Neophron nos han
tenido y riendo con los chistes y ocurrencias del singular Paco Micro.
El día 27,
martes, realizamos la quinta y última de las caminatas programadas. Fue la ruta
de Siete Cañadas (16 Km), en el Parque Nacional del Teide. El sendero
transcurre por un antiguo camino real, usado por los guanches para atravesar la
isla con su ganado. Fue una ruta fácil, donde lo más llamativo fue la
singularidad del paisaje volcánico, al que no estamos acostumbrados.
Atravesamos cada cañada (planicies sedimentarias), apreciando el variado
colorido y las increíbles formaciones rocosas, teniendo al Teide como testigo.
Esa tarde visitamos el municipio de Icod de los Vinos, conocido por albergar el
drago milenario.
Amaneció el
miércoles, 28 de agosto, llegando el final de nuestro viaje. Pudimos disfrutar
de la una espléndida mañana libre en el Puerto de la Cruz, que cada uno dedicó
a lo que le era más preciso: ultimar compras, disfrutar de la playa (el hotel
estaba al lado de Playa Jardín), pasear por el paseo marítimo de San Telmo,
visitar los Lagos Martiánez, hacer maletas,… Después del almuerzo, llegaron las
despedidas. Cada cual poniendo rumbo a nuestro lugar de residencia, con el
corazón encogido y aguantando un nudo en la garganta, sabiendo que el camino
2013 había terminado.
Quiero
agradecer enormemente la colaboración a todos y cada uno de los que han
compartido el viaje y a Pedro Barahona Padilla, que aunque no nos ha podido
acompañar, ha trabajado activamente en la preparación y organización del viaje.
Es la primera vez que he visitado el archipiélago canario y, para mí, ha sido
un viaje especial. Manolo Duro, Salvador Marrero y Paco Pérez han sabido
programarlo conjugando cariño e inteligencia y así, nos han mostrado lo mejor
de la isla de Tenerife. Sin embargo, me quedo con los especiales vínculos de
amistad surgidos con cada caminata. Compañeros de viaje, habéis sido vosotros
quiénes embellecisteis cada ruta de tal manera que siempre las recordaré con
cariño.
Septiembre,
2013.
Mª
Fe
Día 21: Mengíbar - Tenerife
